28 de febrero de 2012

Visiones campestres... y celestiales


Hacía ya muchísimo tiempo desde la última entrada de la sección, aunque eso no quiere decir que entre medias no hallamos aparecido por la zona; sólo una vez para la última partida de Vampiro la Mascarada, porque con el invierno y días cortos pues no nos apetecía mucho o, simplemente, no ha surgido por falta de tiempo y demás (sobre todo por la temprana oscuridad, de todos modos).


La idea de Krower era ver bichos, por supuesto, pero debido a las horas que suele llegar del trabajo y las alturas de año no hemos podido ver gran cosa, puesto que cuando hemos llegado a los lagos el sol se había puesto ya. Pero lo que sí que hemos podido ver ha sido la Luna y las estrellas, muchas. Llevé mis prismáticos por si acaso e intentamos usarlos para ver si podíamos ver a nuestros mochuelos en un casual brillo de ojos, pero no ha sido así. De modo que hemos enfocado al cielo mientras debatíamos si los dos astros que estaban alineados con la Luna en creciente eran Mercurio, Venus o Marte. Planetas seguro, y uno de ellos era Venus también era seguro (al menos para mí), el problema era el otro, el situado entre la Luna y "Venus". Después, Orión "El Cazador" ha hecho acto de presencia junto con su fiel compañero, el Can Mayor (Canis Maior). Hemos observado el cinturón de Orión (sí, el mismo que confundía a Tommy Lee Jones y Will Smith en Men In Black) y M42, la Nebulosa de Orión, levemente visible y distinguible en un tono azul con mis prismáticos.
En dirección contraria hemos percibido un astro más pequeño, menos luminoso y de tono anaranjado, sin saber si se trataba de Marte o no.

Mientras lo hacíamos nos hemos percibido de una llamada de un ave que, si bien al principio pensábamos que podría tratarse de la enorme rapaz que vimos un día en compañía de CCL. Pero luego hemos pensado, después de oírla más clara, que podrían ser gaviotas; es raro, pero hemos visto ya en varias ocasiones enormes bandadas de gaviotas, más de las que podaís creer, sobrevolando esta villa.

Cuando nos hemos cansado de ver las estrellas y pasado algo de frío, nos hemos dispuesto a volver cuando Krower se percató de la presencia de una Garza Real, entre las rocas de una de las orillas del lago, pero se ha volado algo más lejos cuando nos ha oído. Hemos podido observarla bien con los prismáticos a pesar de la oscuridad y hemos confirmado la especie. Después, hemos intentado acercarnos a ella para hacerle una foto, pero cuando hemos llegado a donde se suponía que estaba, ya no estaba y no ha salido volando, de modo que pudo irse sin que la viéramos o quizá se escondiera muy bien.

Algo decepcionados pero no mucho (y después de varias pruebas con las cámaras y hacer el tonto), nos hemos vuelto a casa.

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