25 de mayo de 2021

[Reseña] Volumen 1: Teenage Mutant Ninja Turtles Micro Series #1 - Raphael


He aquí el primero de los cuatro números en los que cada tortuga tiene una aventura en solitario y que, cronológicamente tiene lugar entre los números #3 y #4 de la serie regular, justo antes del arco de los Utroos y del Fugitoid (#4-#7). Lástima que no hicieran más de este tipo, al menos en el volumen 1.
Denominadas Micro Series estos números son, en esencia, una forma de ampliar el universo de las tortugas y, salvo por el número de Leonardo (el tercero), bien podéis leerlo en el orden planteado en el blog para respetar la cronología o dejarlo para después sin problema si preferís el orden de publicación, aunque si no hacéis esto es probable que cuando veáis más adelante al personaje de Casey Jones os quedéis un poco confusos.

¿Qué podemos esperar de este único número? Pues aquí os cuento largo y tendido, pues tengo muchas cositas que comentar.


Todos sabemos lo impulsivo y temperamental que es Raphael y lo en serio que se toma sus entrenamientos, sobre todo cuando practica con Michelangelo. Ya se nos dio una pista en el número #2 de lo que sucede cuando ambos hermanos se abandonan al entusiasmo; pero una cosa es destrozar los muebles de casa y otra muy diferente la cabeza de tu hermano con una tubería de metal. 

Leonardo tendrá que mediar y el episodio hace que un horrorizado Raphael sea consciente de hasta qué punto se le puede ir la olla. Si estuvo a punto de hacerle eso a Mikey, que es precisamente con el que mejor se lleva de sus hermanos ¿qué podría hacerle a un desconocido?


Expulsado por Leo saldrá a dar una vuelta para reflexionar y será en este paseo donde reconocerá sun reflejo de sí mismo en un humano llamado Casey Jones que se dedica a patrullar las calles por la noche manteniendo su anonimato bajo una máscara de hockey y apalizando delincuentes con equipo deportivo. Raphael decidirá intervenir para evitar que Casey cometa una locura y ambos se darán una buena paliza que servirá a su vez para asentar las bases de una sólida amistad.


El número en solitario de Raphael es, sin duda, el más famoso de los cuatro, supongo que seguido de cerca por el de Leonardo. Estos dos números en concreto fueron adaptados a la película de 1990 (si bien el rol de Leonardo era asumido también por Raphael en el film) y, en concreto en este número de Raphael, se nos presentará a uno de los aliados más conocidos de las tortugas, Casey Jones, y que por tanto saldrá en próximos números con bastante asiduidad.
Y es que Casey Jones es un personaje que me trae bastante de cabeza así en general.  Aunque es la personificación de que el fin justifica los medios no deja de ser un personaje con muchos matices y del cual apenas sabemos nada por cierto, porque no se nos explica por qué tanta obsesión con el tema de cazar delincuentes: mientras que en la serie de 2003 se nos da una motivación de que una banda incendió la tienda de su padre por no querer pagarles sus servicios de protección aquí simplemente parece que Casey esgrima el lema de "alguien tiene que hacerlo" pero a mi me suena más a una excusa para desfogar sus frustraciones y su ira.


Desde el principio le vemos como alguien con mal pronto, bocazas e infantil pero conforme le conoces te das cuenta que en el fondo es un buenazo. El problema es que su temperamento parece impedirle llevar una vida normal, como encontrar un trabajo estable porque en serio ¿de qué come este señor? Vale, es un ex-jugador de hockey pero ¿ahora de qué vive? Parece un manitas reparando todo tipo de maquinaria y, en un número posterior se dice que Raphael le enseña a soldar. Por todo esto no puedo evitar imaginarle como un mecánico pero nunca le vemos trabajar de esto. ¿Por qué?

En cualquier caso este número ha sido bastante divertido de leer, Casey Jones hace su debut de una manera entretenida y llena de acción, formando de ahí en adelante una "extraña pareja" con Raphael, pues ambos son dos tipos duros y violentos pero con buen corazón.

1 comentario:

  1. No sé de qué tiene pintas pero él odia a los punks... creo que esos pelos podrían encajar con un punk ¿tú que crees?

    Pues por lo visto su concepto se le ocurrió a Kevin Eastman por hacer otra parodia en contraposición de los héroes típicos como Daredevil o Batman; un pasado trágico les hace combatir el crimen. En el caso de Casey, por lo visto, es por ver demasiado la TV. Le puso la máscara de hockey y dos bates; Peter Laird le dio el resto de la parafernalia.

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