5 de abril de 2018

[Análisis] Fran Bow (2015)



Hacía muchísimo tiempo que no me hacía un análisis de un videojuego, en concreto, casi un año y medio que fue cuando me pasé el maravilloso Rise of Tomb Raider. Y ahora, en mi generosidad infinita, os traigo otro título que me ha parecido tan increíble como perturbador y no es otro que Fran Bow, un juego con sello indie realizado por el estudio sueco independiente Killmonday Games, formado por el matrimonio de Natalia Figueroa (arte, animaciones) e Isak Martinsson (músico y programador).

¿Sentís curiosidad? Pues entonces os invito a que sigáis leyendo. Y tranquilos, que no hay destripes o spoilers, como tanto os gusta denominarlos.



UNA AVENTURA DE LO MÁS TERRORÍFICA. MECÁNICA DEL JUEGO.

Fran Bow es, como se indica en su propia página oficial, una intensa historia de dolor, pérdida y aceptación. Para profundizar un poco más diremos que estamos ante una aventura gráfica de estilo point and click donde encarnaremos a Fran, una niña de diez años que está internada en un psiquiátrico tras la terrible muerte de sus padres, que fueron asesinados y descuartizados justo antes de que ella viera una extraña y terrorífica criatura en su ventana. Fran está cansada de su tratamiento y lo único que desea es salir e irse con su tía Grace y su gato, el Sr.Medianoche, que en sueños le insta a que se reúna con él en el bosque.

Así es como empezaremos este viaje de terror y fantasía donde la clave para avanzar, a parte de nuestro ingenio, será el Duotín, la medicación en forma de cápsulas rojas que le prescribieron a Fran y que hace que sufra alucinaciones bastante macabras como escenarios sangrientos llenos de cadáveres, misteriosos mensajes y unas tenebrosas sombras. Como digo este mundo alternativo, llamado Ultrarrealidad, nos permitirá hacer o conseguir cosas vitales para nuestro avance, por lo que tendremos que cambiar continuamente entre el mundo real y la Ultrarrealidad. La mecánica para saltar de uno a otro es muy sencilla; bastará hacer click sobre el bote de pastillas de la esquina inferior derecha una vez para entrar en este mundo y otro click para salir. Para movernos por todo el escenario necesitaremos pulsar en los ojitos de los laterales que representan precisamente los ojos de la niña.


Aparte del botecito de Duotín tendremos el inventario, elemento que nunca falta en este género, representado por el monedero de Fran. Ahí dentro se nos guardarán los items necesarios para avanzar en la historia y, aparte, tendremos los tres únicos comandos que existen en el juego:
1. Usar - cuando queramos utilizar un objeto del inventario con otro objeto del entorno.
2. Combinar - cuando queramos utilizar entre sí dos objetos del inventario.
3. Examinar - cuando queramos mirar con más detalle un objeto en cuestión del inventario.


Y ya está, con estas sencillas premisas nos pasaremos el juego, que está dividido por cierto en cinco capítulos a cada cual más interesante. Además cuando finalicemos cada uno de ellos tendremos un mini-juego nada desafiante por otra parte por el que tendremos que guiar a Fran a base de clicks pero que son de lo más divertido. Eso sí, nos dan la opción de saltárnoslos si queremos.
Por otra parte el juego cuenta con autoguardado y siempre nos da la opción, desde el menú, de rejugar los capítulos que hayamos desbloqueado, esto es, que hayamos pasado. Pero ¡ojo! que eso sobrescribirá vuestra partida y tendríais que pasaros el capítulo entero de nuevo si queréis avanzar.


Por cierto ya aviso que, dependiendo del episodio, nos encontraremos conque alguna de las mecánicas descritas anteriormente cambian. Por ejemplo, quizá por razones que no vienen al caso Fran pierda su bote de pastillas y no contemos con esa opción pero es posible que, en otro momento, adquiera algún otro dispositivo que le permita también jugar con el entorno. Este último punto es sin duda un gran acierto y le da mucha vidilla al juego, la verdad, siendo su distintivo frente a otras aventuras gráficas (en Broken Age, por ejemplo, lo era la opción de tener dos personajes jugables entre los que podíamos alternar y cuyas historias estaban entrelazadas). También destaco las ingeniosas, graciosas e inocentes frases que dice Fran cuando interactúa con su alrededor, algo que choca bastante con lo macabro que veremos.

Pero sin duda por lo que yo destacaría Fran Bow no sería exactamente su jugabilidad si no su narrativa, aquello que intenta contarnos y cómo lo hace, es decir, tratando temas tan delicados como son las enfermedades mentales, los abusos sexuales o la experimentación con seres humanos. No creo que deje indiferente a nadie, la verdad. Los capítulos que más destacaría para mis gustos son el del manicomio (por ser el primero y el más impactante), la casa de las gemelas y el bosque.
En cuanto al final... no quiero decir nada para no hacer spoilers pero da lugar a varias interpretraciones, si bien hay ciertos detalles de la historia los cuales me chirrían. En cualquier caso recomiendo una segunda partida para pillar ciertos detalles y entender la historia.

¡Ah! ¿He mencionado que hay algunas soluciones alternativas a ciertos puzzles y extras ocultos que no es necesario que descubramos pero que ahí están esperando ser encontrados? Un punto extra a favor del juego. 

Quizá lo único que pueda mejorarse es que permitan saltar de manera rápida los diálogos sin necesidad de pulsar continuamente clicks y esperar a que surjan las líneas completas o que los diálogos fueran más variados. Me explico: cuando hablemos con ciertos personajes nos darán dos opciones a elegir y pensaremos, de manera casi segura, que tendremos cierta libertad de acción, pero enseguida nos daremos cuenta de que se trata de una ilusión más. Es una lástima, aunque sí que es cierto que a veces hablando con personajes o gracias a las propias observaciones de Fran obtendremos pistas para solucionar los acertijos.

APARTADO TÉCNICO
La música por otra parte, aunque no sea nada extraordinaria, sí que es fantástica y complementa el juego de una manera maravillosa (e inquietante). Me ha encantado toda la banda sonora, siendo mis piezas favoritas las del menú, la de la Ultrarrealidad y la del bosque.
En cuanto al apartado gráfico poco puedo decir, me encanta: tanto los diseños de niveles, los personajes y la escalofriante Ultrarrealidad, todo con su toque femenino y gótico de lo más molón que le acercan mucho a Tim Burton e, incluso, a aquél otro juego incluido en mi top de favoritos como es Alice Madness Returns. Que por cierto, en cuanto juguéis un poco, veréis que este juego bebe mucho de la obra de Lewis Carrol (que aun no he tenido el placer de leer pero que pronto remediaré en cuanto acabe con cierta obra de ciencia ficción con unos seres llamados psiclos) e incluso hay un guiño más que evidente a su Alicia en el País de las Maravillas, pero que por su enfoque oscurillo se acerca más a la otra Alice.



Me encantó lo currados que están los libros, sobre todo el de León. ¡Quiero dibujarlo entero!

CONCLUSIONES
Fran Bow es un juego que, dentro de un género que es poca cosa si lo comparamos con sus predecesores, sabe usar bien sus mecánicas. La posibilidad de cambiar entre dos mundos o entre diferentes escenas de tiempo le dan el punto de originalidad que todos estos juegos intentan para diferenciarse del resto. Sin embargo Fran lo consigue también por algo mucho más atrevido y es por los temas tan perturbadores que muestra.
Además de que es muy bonito visualmente y la música acompaña de manera más que aceptable, creo que le hace merecedor de incluirse entre mis juegos favoritos por la increíble atmósfera opresiva y terrorífica que crea.  Si además os gustan las aventuras gráficas o los point and click, es un juego que debéis jugar sin duda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario