22 de julio de 2022

Indiana Jones FOA - El cuaderno de Indy (III): el Mediterráneo, Montecarlo, Argelia y Creta



Nota: expondré el diario como si Indy siguiera el itinerario del "modo equipo". Esto es: acompañado por Sofía. No obstante haré alguna entrada más si visita algún lugar diferente, como es el caso de Thera, para que conste como tal. 

XX Mayo 1939  - De las luces de Montecarlo al árido calor argelino
El Diálogo Perdido de Platón, el Hermócrates, nos resultó un tanto decepcionante una vez que lo tuvimos en las manos y lo estudiamos en mi despacho. Sofía no veía claro cómo este manuscrito nos ayudaría a encontrar la Atlántida. Por mi parte, destaqué un par de detalles importantes.

  1. El error décuplo de Platón, fruto de una incorrecta traducción.
  2. El hecho de que existieran puestos y colonias Atlantes, principalmente la Colonia Mayor y la Colonia Menor.
Dadas estas notas y teniendo en cuenta lo que señalaban, llegué a la conclusión de que... ¡La Atlántida está en el Mediterráneo! Es decir, a 300 millas de Grecia en lugar de 3.000 millas... siempre y cuando supongamos que el Diálogo no es falso, cosa que a estas alturas ya descarto.


Además mi teoría quedó inesperadamente respaldada cuando Sofía recordó que Nur-Ab-Sal, el supuesto espíritu de un rey atlante que habita en su collar, en una ocasión le dijo que venía del centro del mundo, lo que puede casar vagamente con "Mediterráneo" (del latín Mar Medi Terraneum, que significa "mar en medio de las tierras"), un mar interior que dada su localización ha sido muy importante en la historia: fenicios, cartagineses, griegos, romanos y egipcios prosperaron en sus orillas o navegaron por sus aguas. Originó todo un compendio de mitos y leyendas, (el que me viene a la cabeza ahora mismo es el de Jasón y los Argonautas) y es uno de los lugares con mayor concentración de biodiversidad de todo el mundo.

A pesar de la buena noticia tenemos dos problemas aquí: que es enorme (el segundo mar interior más grande sólo superado por el Caribe) y con profundidades que rozan los 1.400 metros, por lo que ardua será la tarea de dar con el lugar exacto donde reposan los restos de la Atlántida.



Casualmente en medio de nuestra reunión Nur-Ab-Sal le susurró algo a Sofía acerca de que entre los objetos que  Kerner robó de su despacho había un disco de piedra con un agujero en el centro y que era una de las tres piedras que el Diálogo menciona que son necesarias para abrir las puertas de la Atlántida. Esta piedra, sin embargo, explicó Sofía que no provenía de Islandia, si no que la compró a un comerciante de antigüedades en Argel, un tal Omar-Al-Jabbar... o quizá fuera a Alain Trottier, un erudito establecido en Montecarlo
Las dudas de Sofía me exasperaron porque retrasaban nuestra búsqueda pero no teníamos más remedio que seguir por esa línea si queríamos avanzar en nuestra investigación y encontrar la Ciudad Perdida.

En cualquier caso nos pusimos en marcha hacia el viejo continente.

MONTECARLO, ARGELIA Y EXCAVACIÓN ABANDONADA


No ha sido fácil tratar ni con Trottier ni con Al-Jabbar, haciéndonos perder un tiempo valiosísimo en nuestro viaje pero, por otro lado, ha terminado mereciendo muchísimo la pena , ya que....


¡TENEMOS LA PRIMERA LLAVE! Un disco de piedra con un agujero en el centro, tallado con imágenes del sol en cuatro fases: amanecer - mediodía - atardecer - oscuridad.

Si atendemos al Diálogo Perdido, será necesaria en la Colonia Mayor, lo que implica que el siguiente paso lógico a dar sería averiguar dónde está situada. E, irónicamente, la mejor pista la teníamos gracias a nuestros enemigos: los nazis estaban excavando en el desierto, según Al-Jabbar, del cual provenían las piezas atlantes que él afirmaba haber visto o haber tenido en su poder.

Así y con ayuda de un mapa que el mismo Al-Jabbar hizo a mano, nos hicimos con un globo para poder otear desde los cielos. Cerca de la zona donde, en teoría, estaría la excavación, fuimos tiroteados: gracias por marcarnos el lugar exacto*.

Una vez en la excavación pudimos comprobar, con cierta desazón, que estaba abandonada: eso era bueno porque nos permitía explorarla sin estorbos pero por otro lado significaba que fuera lo que fuera que buscaran aquí los nazis ya lo habían encontrado y por eso se habrían ido, lo que quería decir a su vez, que nos llevaban ventaja... aunque también cabía la posibilidad de que fuera todo lo contrario. A fin de cuentas, esto era lo que parecía un pequeño puesto atlante.

Efectivamente de buenas a primeras parecía que los nazis ya habían reclamado cualquier hallazgo pera ellos pero tras la debida exploración comprobamos nuestra suerte. Por un lado, no pude evitar sorprenderme cuando hallé un fresco que claramente representaba el Arca de la Alianza.** Relacionado con el mismo, encontramos tras unos escombros otro mural que representaba la Colonia Mayor: el mapa era mudo aunque sin duda representaba una isla pero ¿cuál? No obstante fijándome detenidamente en su silueta no tardé en constatar que no se trataba de otra si no de ¡Creta! ¡La Colonia Mayor de la Atlántida se encontraba en Creta!

No había otra isla en el Mediterráneo que tuviera esa forma tan característica. Mi teoría era pues, concluyente.

Con nuestro próximo destino a la vista, partimos.

XX Mayo 1939 - Creta (Colonia Mayor): ruinas de Cnosos y Laberinto de Minos.

¿Cómo expresar la sorpresa y emoción que me produjeron nuestros hallazgos en la visita a Creta? Quizá debiera dar una explicación al por qué, de toda la isla, llevamos nuestros pasos a la las ruinas de Cnosos. Pero primero es necesario, si se me permite, hacer una breve introducción sobre Creta en sí.


Adscrita a Grecia es su isla más grande y la quinta del Mediterráneo, con sus más de 8.000 kilómetros cuadrados de superficie. A lo largo de la misma se suceden las cadenas montañosas, gargantas y valles, siendo más hondos y escarpados a medida que nos retiramos al interior. 
Es mencionada en algunos textos famosos como la Odisea de Homero y según los textos antiguos tendría el nombre de Kaftor o Kaptaru durante el período minoico.

Sin embargo lo que más nos interesa de la misma es que fue cuna de la civilización minoica (2700-1420 a.C.) y, lo que nuestro descubrimiento ha desvelado, significaría que los minoicos estaban relacionados con los atlantes.


¿Pero quiénes eran los minoicos? 

Son el sinónimo de la época de esplendor de Creta, una civilización anterior a la helénica que surgió en la Edad del Cobre y del Bronce y cuyo gobierno se extendía hasta la Grecia peninsular, incluyendo el Mar Egeo, Egipto y las costas de Sicilia, llegando incluso hasta Asia Menor.

Para cuando quiso ser conquistada por Alejandro Magno Creta ya era una sombra de lo que una vez fue.


Sobre Cnosos



Situada a 5 kilómetros al sudeste de la actual ciudad de Heraclión y al oeste del río Kairatos , se halla protegida del mar por unas pequeñas colinas al norte mientras que al sur se levantan las montañas de las que se extrajo la piedra para construir el recinto palacial. 

Precisamente por esa edificación es por lo que se hizo famosa. Cnosos fue descubierto en los años 1900 al 1906 por mi colega de profesión, Arthur Evans, siguiendo su intuición de que allí encontraría pruebas de la existencia de una civilización con escritura anterior a la griega. Fue él quien también acuñó el término como tal de "civilización minoica". 


Cnosos es un lugar muy esplendoroso teniendo en cuenta su antigüedad, que se remonta al neolítico antiguo y medio.

El yacimiento está conformado por una serie de edificaciones tales como viviendas, tumbas y necrópolis que circundan el verdadero centro neurálgico de la ciudad: el palacio, lo que permite suponer que la población se concentró sobre todo en la parte norte y alrededor de dicho recinto. Esto hace que el complejo sea enorme e intrincado, siendo arqueológicamente visibles los diferentes momentos constructivos, por lo que estas ampliaciones permitieron que edificios inicialmente separados terminaran uniéndose hasta formar el complejo laberíntico que todos conocemos...

Esto podría explicar el origen del famoso mito de El Laberinto de Cnosos, del que hablaré más extendidamente después. 


Ya he mencionado que la estructura que más destaca de todas es el famoso Palacio, erigido como el centro del urbanismo y la representación de poder. 
Sufriría tres destrucciones parciales y otras tantas reconstrucciones y ampliaciones a lo largo de su existencia. Se desconoce si este "palacio" era un mero centro administrativo o estaba habitado por una familia de la realeza como tal o en cambio por una casta sacerdotal. 
De hecho apenas conocemos nada de su sociedad aparte de por el mero estudio de sus ruinas. Quizá si algún día se descifraran las numerosas tablillas escritas encontradas en sus ruinas se pueda arrojar algo más de luz sobre esto... o quizá Sofía y yo consigamos, en nuestra aventura, dar con algunas respuestas.***

Me gustaría mencionar  que uno de los elementos arquitectónicos característicos de los minoicos es el uso de los llamados ortostatos, que no son más que enormes losas de piedra que pueden observarse en las partes inferiores de los muros conservados. Esto les daba una robusta cimentación que les permitía edificar hasta cinco plantas de altura, a pesar de que salta a la vista que tendían a construir desde una perspectiva horizontal. 
Otros elementos muy usados son las columnas, los pilares y el polythyron (en griego, "muchas puertas"): se trata de un sistema de partición de las habitaciones basado en una serie de pilares que crean aberturas que se cerraban con puertas de madera (hoy día desaparecidas), que giraban sobre un eje vertical que la unían al dintel, con lo cual carecía de bisagras. Se cree que su función era permitir el mayor o menor paso de la luz y una buena ventilación, aunque hay quien les añade un uso ceremonial. 
Por último mencionar algo que en su momento me dejó perplejo y es que ellos ya contaban con un sistema de desagüe de aguas residuales.


Sin duda otra de las cosas más llamativas del lugar son sus preciosos frescos. Llama la atención que en ellos no se representaban escenas bélicas, ni de caza, ni de gobernantes con los dioses ni de actos piadosos; son más bien vitalistas, cotidianos y amables. Sin embargo la restauración de los mismos llevada a cabo por Evans ha sido cuestionada por el gremio ya que no se siguieron pautas de estudio de los restos, si no que tendieron a ser más imaginativos que científicos.
Lo que está claro es que abarcaban un amplio espectro de colores: negro, blanco, azul, verde, rojo y amarillo.
Ahora bien, ¿cómo conseguirían semejante variedad? A día de hoy lo desconocemos. Ojalá en un futuro se disponga de la tecnología suficiente para descubrirlo.****

¡No puedo esperar a ver qué nos deparará la Atlántida! Teniendo en cuenta que Creta fue su Colonia Mayor estoy seguro que encontraremos muchos de estos elementos en la ciudad.


Sofía y yo tuvimos total libertad de cara a la investigación de las ruinas, pues no había en esos momentos ninguna expedición arqueológica desplegada como tal, si bien detectamos la anterior presencia de los nazis en la zona.

En una de las viviendas hallamos lo que parecía un "despacho" en una de las viviendas así como unas cajas que reunían algunas piezas que habían encontrado en la ciudad. Echando un vistazo descubrí una figura muy curiosa que me recordó notablemente a la estatuilla astada que sostuve en el Barnett College y que daría comienzo a esta aventura.


Denominada "diosa serpiente" ni su propósito ni representación están claros. Se ha especulado que podrían ser diosas relacionadas con la fertilidad y la renovación de la vida (por lo de que las serpientes mudan de piel). Si pensamos en los antiguos griegos, estos consideraban a las serpientes un símbolo relacionado con el inframundo, la muerte e incluso con la medicina, pues están presentes en el cayado de su dios de la medicina y de la curación, Asclepio.

Nota añadida: ¡Serpientes, pues claro! Esto da más sentido a nuestro hallazgo en la tumba de Tikal: la serpiente convertida en trompa de elefante, vinculando de nuevo a los atlantes con aquella civilización precolombina. Me pregunto ahora si la estatuilla de anguila hallada en Islandia y que intercambiamos con Costa en Las Azores no sería en realidad una serpiente, pues ambos animales comparten esa forma sinuosa.










Y los cuernos. Están por todas partes. Los cuernos del toro eran un símbolo de consagración que colocaban en la cornisa de los templos y palacios para engrandecerlos y como señal de respeto y adoración al toro.

Este animal connotaba una gran carga sexual, erótica y fertilizadora y por ello estaba muy presente en algunos frescos y cerámicas; seguramente también en los rituales. 

Lo asociaban también a la tierra y a las cuevas, considerándole por sus embestidas el responsable de los terremotos. 

Sabiendo esto no es tan descabellado entender el por qué se le asociaba al Toro de Creta mitológico ese comportamiento tan dañino, teniendo en cuenta los terremotos que la isla sufrió durante siglos y que fueron los causantes de algunas de esas destrucciones antes mencionadas




Precisamente unos cuernos fueron los que nos llevaron a localizar la segunda llave de piedra necesaria para llegar hasta la Atlántida: el disco lunar. Algo más pequeño que el solar y con imágenes talladas de las diferentes fases lunares.

Gracias a él se nos abrió el acceso a un complejo oculto en la montaña y al que yo creía, hasta ese momento, un simple mito.

El anteriormente mencionado Laberinto de Cnosos. 





LA LEYENDA DEL LABERINTO DE MINOS


El laberinto de Cnosos es una de esas historias mitológicas tan famosas que hasta mis estudiantes de primero han oído hablar de ella o la conocen en detalle. Creta en sí ya aparece mencionada en numerosas ocasiones en la mitología griega pero la leyenda más famosa es precisamente ésta.

La historia nos habla del rey Minos de Creta haciendo una promesa al dios de los océanos, Poseidón: si contaba con su favor para ser rey él sacrificaría lo primero que saliera de las aguas. Así el dios le escuchó e hizo que un magnífico toro blanco surgiera del mar. Pero Minos no cumplió su parte del trato, pues encontró al animal tan formidable que decidió guardarlo en sus establos para convertirlo en semental (sería conocido como Toro de Creta posteriormente). Su acción enfureció a Poseidón, que hizo que la esposa del monarca, Pasífae, tuviera inclinaciones zoofílicas al hacer que se enamorara del animal. Fue así como se engendró al famoso Minotauro (cuya traducción es, literalmente, "Toro de Minos"), una criatura que tenía cabeza de toro y cuerpo de hombre.

Bien avergonzado por la deshonra de su esposa o bien porque conforme crecía la criatura ésta se volvía más incontrolable, Minos encargó al arquitecto ateniense Dédalo que construyera un retiro para el Minotauro, por lo que se edificó el mencionado laberinto y en su centro quedó encerrado el ser.

Posteriormente Creta ganaría una guerra contra Atenas y por ello Minos estableció que la ciudad debería pagarles un tributo consistente en siete hombres y siete mujeres, todos ellos jóvenes, para sacrificio. Aquí empiezan las diferentes versiones, ya que hay algunas que estipulan que esto sucedía o bien cada año, cada tres o cada seis años. Los jóvenes eran posteriormente abandonados en el laberinto y ahí el Minotauro los encontraba, los asesinaba y los devoraba.

Unos dieciocho años después de que se estableciera semejante tributo Teseo, hijo del rey de Atenas Egeo (quién con su posterior suicidio arrojándose al mar le daría su nombre) se infiltraría en el laberinto  ayudado por una de las hijas de los monarcas de Creta, Ariadna, quien le haría entrega de una espada y de ovillo de lana, éste último proporcionado a su vez por Dédalo que le permitiría encontrar la salida del complejo. Así el héroe pasó por la espada al Minotauro, salir del laberinto y escapar de la isla acompañado por la joven Ariadna. Lo que fuera de sus destino no incumbe a este diario.


Quién no escapó a la ira de Minos fue Dédalo, cuyo castigo consistió encerrarles tanto a él como a su hijo Ícaro en el laberinto que él mismo había construido. El arquitecto tuvo la idea de construirse unas alas de cera para escapar... y de ahí la famosa historia de la caída fatal de Ícaro al derretirse sus alas por desoír a su padre y acercarse demasiado al sol. 

Por otro lado el Toro de Creta no tuvo más suerte que su retoño. Cuando el héroe Heracles llegó a Creta tuvo que solicitar permiso al rey Minos para domar al animal, ya que era el séptimo de sus doce trabajos impuestos por Euristeo. Recibió no sólo dicha autorización si no que además pudo llevárselo a Euristeo en Micenas. Éste quiso sacrificarlo en honor de la diosa Hera pero ésta dio una negativa ante su ferocidad, de modo que lo liberó. El animal vagó causando estragos hasta que fue finalmente muerto por el propio Teseo.

A pesar de mi anterior escepticismo puedo afirmar haber pisado con mis propios pies el mítico laberinto. Un increíble hallazgo sin duda pero ni Sofía ni yo encontramos ninguna prueba o evidencia que dieran a entender que el Minotauro existió como tal, aunque sí estaba muy presente en diferentes tallas y estatuas que encontramos por todo el lugar. ¿Quizá este recinto se construyera a raíz del mito y sirviera como un lugar ceremonial? 

Quién sabe, pero nosotros no podíamos entretenernos en averiguarlo. Por un lado porque estábamos encerrados y por otro porque lo que buscábamos allí era encontrar la siguiente pista o indicio hasta la Atlántida... cosa que hicimos.

Tras recuperar el tercer y último disco de piedra, la Piedra Terrestre, tallada con imágenes relacionadas con el mar  estuvimos un poco más cerca de conseguirlo. Se trata por cierto de la misma que hallamos en Tikal y que Sternhart robó. Muy próximo a la piedra pudimos también hallar su cadáver y una nota que mencionaba una Sala del Mapa en una de las estancias superiores.

Aunque el cadáver de Sternhart era una muda insinuación de lo que podría ser nuestro destino inminente tanto Sofía como yo somos optimistas y no nos damos por vencidos. Conseguiremos salir de este pozo de mala muerte y hallar tanto la Sala del Mapa como la Ciudad Perdida. Sólo tenemos que pensar y echar un vistazo más a fondo...




* El ojo del Sáhara: no tengo evidencias ni pistas de que en el juego se hayan inspirado en esta extraña formación pero me parece interesante mencionarla.


El llamado Ojo del Sáhara o Estructura del Richat es una formación geológica localizada en el desierto del Sáhara, en concreto cerca de la ciudad de Oudane en Mauritania. Cuenta con un diámetro de unos 50 kilómetros y debajo de él parece hallarse un yacimiento de petróleo y de gas. Fue descubierto en 1965 por la NASA, ya que sólo desde el espacio se aprecia su peculiar forma. Se sigue desconociendo el motivo de su origen pero parece, por lo que he leído, que la teoría más aceptada es la de la erosión y que se formó hace varios cientos de millones de años.

Pero para explicarlo también hay hueco para las teorías pseudocientíficas (a fin de cuentas el juego bebe de un montón de material de ese tipo) y una de ellas es la que la relaciona precisamente con la Atlántida por su peculiar apariencia de círculos concéntricos., alegando que encajan con apariencia, ubicación, tamaño y porque quizá hace unos 5.000 años pudo ser una isla. Se cree que el Sáhara se convirtió en desierto hace unos 2.700 años completándose hace unos 200 años; esto es relativamente poco geológicamente hablando.

Hubiera estado guay que en el juego de Indy insinuaran algo de esto, pero entiendo no lo hicieron porque en Argelia lo que emplazan es un puesto atlante y no la ciudad como tal. No he encontrado ninguna información más que pueda ayudarme a saber por qué decidieron relacionar Argelia con la Ciudad Perdida, salvo que se deba a su proximidad con el Mediterráneo.


** El Arca de la Alianza: no he encontrado información alguna que relacione como tal el artefacto bíblico con la Ciudad Perdida: como mucho la típica teoría sobre que su origen fuera alienígena o atlante, pero no era nada serio. Así que creo que puede tratarse un simple guiño de los creadores del juego hacia la primera película de Indiana Jones: En busca del arca perdida porque sean unos grandes fans, como todos nosotros.


*** Escritura cretense: hablaré más adelante sobre ella, en concreto en la entrada de Thera. Por el momento decir que hoy día la mayor parte de las cosas que sabemos de los minoicos es gracias a esto.




**** Composición de los colores: esto lo indico porque en los años 30 no se dispondría de la tecnología necesaria para saberlo. Hoy día con los láseres más modernos han permitido analizar los compuestos minerales usados en Cnosos sin destruir prácticamente los frescos y así conocer su composición exacta. 
Por lo visto ellos mismos hicieron su propia técnica para conseguir los mencionados colores. Algunos minerales que usaron fueron el cobre, el hierro, la malaquita, la hematita negra, el oropimente y el múrice. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario