El pasado domingo, después de ver Paul en casa de Krower y meternos tarta pal cuerpo, nos fuimos al cine para ver la última película de "Harry Potter: Las Reliquias de la Muerte. Parte II". Su duración es de dos horas justo y, a pesar de que nos heláramos un poco (sobre todo mis pies y Krower en sí) ¿qué más puedo decir?
Al hacerla en dos partes han podido incluir más detalles del libro que si la hubieran hecho en una sola no hubieran podido incluir y así cagarla hasta el fondo, si bien es cierto se hace raro cuando termina una y empieza la otra. Salvo la lucha contra Voldemort y otros pequeños detalles (si me acuerdo bien), no hay demasiados cambios.

Cuando llevas siguiendo algo mucho tiempo, algo que te gusta, y termina suele dejar eso, una sensación de vacío en tu estómago, como decir "cómo me alegro de que ya acabe, qué ganas tenía" para, a continuación murmurar "jo, qué penica, ya termina... es el último y no habrá más".
Una década abarca muchísimos años y no solo en sus protagonistas, como se puede apreciar cuando miramos al trío de jóvenes "magos" sino en nosotros mismos; diez años llenos de alegrías, penas, aventuras y desventuras y nuevas experiencias, cambios físicos también desde luego... pero todos ellos llenos de las páginas de Harry Potter.
En fin, todo lo bueno se acaba como quien dice, y se puede encontrar sustitutos, pero pocos hay de este nivel y, aunque es cierto que los libros/pelis son más oscuros por momentos (sino, a ver la primera y luego la última entera y a ver que cuerpo se te queda) siguen siendo Harry Potter, pero mejor releerse los libros que ver las películas, o hacer ambas cosas en el orden que se quiera, que es como mejor se aprecian los cambios.
¡Por Harry Potter, el niño que sobrevivió! :D
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