13 de abril de 2014

Las mil y una noches



Sin duda cuando escuchamos el título de "Las mil y una noches" nos sentimos trasportados a algún lugar de la lejana Arabia, acomodados entre alfombras y cojines, disfrutando de un té caliente mientras la brisa fresca nocturna hace ondular los cortinajes que dan paso a los balcones abiertos, bañados a la luz de la luna, acompañados de una bella mujer llamada Schehrazada amenizándonos tan magnífica noche con historias fabulosas.


Y es que todos hemos oído hablar de "Las mil y una noches", de una manera u otra, pero aventuro a decir que pocos son los que realmente lo ha leído, siendo yo uno de esos hasta hace bien poco. Aunque me ha llevado un año leer el libro (haciendo pausa de meses para leer otras cosas o no leer nada) cuando me he puesto he leído bastante trozo, bastantes historias, puesto que a mí nadie me impide continuar para saber el final de uno de sus cuentos. Aún así pienso que me ha llevado demasiado tiempo y tenía muchas ganas de terminar esta lectura pendiente, un libro que me compró mi padre hace muchísimos años pero que, debido a mi mentalidad más infantil, comenzaba a leer y nunca tenía ánimos de continuar porque se me hacía enormemente pesada la manera en que está redactado.


Sin embargo no puedo afirmar haberme leído "Las mil y una noches" realmente, sabiendo la de ediciones que han existido del escrito anónimo y la de cambios que ha tenido en todos estos siglos. Esto lo sé gracias a la introducción que hacen en el mismo libro que tengo yo, que es el que poder véis encabezando esta entrada.


"Las mil y una noches" tiene ese título tan llamativo debido principalmente a que a los árabes no les gustan los números redondos, por lo que añadiendo un uno más solucionaban el problema. También hay que saber que inicialmente nunca fueron mil y una si no trescientas y una, y con el paso del tiempo se fueron agregando más y más cuentos, todos ellos tradicionales de Persia, Arabia y la India. La primera traducción que se hizo del mismo en Europa fue francesa por Antoine Galland "Les Mille et une nuits, contes árabes traduits" y constaba de 12 volúmenes, pero parece ser que el propio Galland había agregado otros tantos relatos que no formaban parte del compendio original y que habían sido escritos por un cristiano de Alepo, aunque luego el número fue variando conforme pasaban ediciones y años. Algunos elementos se eliminaron, como por ejemplo los pasajes más subiditos de tono y es que ha habido mucho decoro y no se consideraban aptos para la sociedad.
Pese a esto todos los relatos que ahora forman parte de "Las mil y una noches" tienen en común varios aspectos típicos de lo árabe: lujo, poligamia, romances, celos, crímenes, ingenuidad y una reverencia absoluta hacia Alah. También se hacen aún más palpables las diferencias entre nuestro modo de ver las cosas y el suyo, de cómo enfrentar el día a día, cómo corresponder o contestar a ofensas y detalles y otras tantas cosas más. Esto se ve claramente cuando una mujer sale injustamente o en exceso castigada por el hombre, aunque hay relatos en los que ellas son de armas tomar y tienen sus momentos de gloria igualmente. Destaco lo sinceramente gracioso que me ha parecido la celeridad que se toman con los matrimonios y lo fácil que es llegar a ellos.
La magia también tiene su gran presencia y no faltarán historias de lo más fantásticas, con criaturas mágicas y mitológicas como los efrits, los gennis (genios) los ghuls o los rokh.
Algunas situaciones serán de lo más rocambolescas y la forma de hablar tan arcaica y refinada podrá saturarnos a veces, aunque una vez acostumbrado el lector tampoco será muy molesto. 

Y aunque aquí se cumple a rajatabla "un cuento dentro de otro", pues ya de entrada todo nos es narrado por la bella Schehrazada dentro de sus historias hay personajes que cuentan las suyas propias y que se encuentran con otro personaje que le cuenta la suya y la de otro que le vino en su día... así pasa, que si dejas de leer en medio de una y al día siguiente o a la semana te pones de nuevo ya no recuerdas quién demonios está narrando ahora.

¿Y por qué empieza esta mujer a contarle estos relatos al rey? Porque éste rey, llamado Schahriar, estaba casado pero su mujer le fue infiel, por lo que acaba pidiéndole a su visir que todas las noches le traiga una doncella virgen para pasar la noche con ella y a la mañana siguiente ordena que le corten la cabeza. Así hace hasta acabar con la vida de unas tres mil hasta que al final Schehrazada, la hija mayor del visir, se ofrece voluntaria para ser la siguiente y así salvar al reino. La joven con su belleza, elocuencia y sabiduría le contará cada noche una historia, interrumpíendola hasta la siguiente, para que el rey Schahriar se quede con la intriga hasta la noche siguiente y así no ordene que la corten la cabeza.
Si queréis saber qué ocurre finalmente con Schehrazada os recomiendo que os leáis el libro.


Dicho todo eso puedo decir que sí que me han gustado mucho "Las mil y una noches" y que he disfrutado con su lectura. Particularmente con la edición que tengo yo no me han convencido mucho las ilustraciones que, aunque muy bonitas, no soy muy fidedignas con respecto a lo que ocurre en la historia, más bien parecen metidas porque sí sin corresponderse y están tristemente dibujadas al estilo griego y no al estilo árabe, algo que me hubiera gustado mucho más. Me encanta la encuadernación, eso sí, muy resistente y de cuero, lo que le da un aspecto de un libro antiguo. Y un detalle que me ha encantado y he agradecido es la incorporación de un Vocabulario al final del libro, con toda aquella terminología árabe que me ha evitado el tener que coger el diccionario de turno.
Tenía muchas ganas de leer las aventuras de Simbad el marino, de Aladino y la lámpara maravillosa (olvidaos de todo lo visto en Aladín de Disney e incluso de la alfombra voladora, que no ha salido en ninguna historia) o de Alí-Babá y los cuarenta ladrones (él no es el héroe si no precisamente una jovencita llamada Luz Nocturna).

Os animo que os lo leáis y que tengáis paciencia, sobre todo al principio, aunque si os cuesta siempre podéis hacer el juego de leeros todas las noches antes de dormir una historia mínimo.

2 comentarios:

  1. Que casualidad, precisamente tengo esa misma edición. Aunque aún no lo he leído. Amo la lectura, pero no puedo dedicarle casi tiempo...

    Leyendo tu entrada me he acordado de uno de los últimos libros que he leído y el cuál quiero recomendarte; El Satiricón. Es la novela más antigua que he leido (está escrita en el siglo I d.c. ) y es una maravilla descubrir cuán abismal es la diferencia de mentalidad entre nuestra sociedad y la romana de la época, pues sorprendentemente hay en ciertos aspectos en los que estaban más avanzados de lo que estamos actualmente

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  2. Maverick -- Yo he visto varias versiones del libro o de historias sueltas, como Simbad el Marino, Aladino y la lámpara maravillosa o Alí Babá y los 40 ladrones pero no me acuerdo de ninguna con detalle, eran todas de la tele yo creo. Y yo creo que el libro que tengo yo tampoco los reúne todos.

    SAeNcSA -- pues me lo compró mi padre en unos puestos que pusieron en el Liana no sé cuándo, hace un porrón de años jeje Y no había conseguido leérmelo hasta ahora. Desde luego que sí se aprecian bastantes diferencias, tanto en la mentalidad como en las costumbres, e incluso por la forma que tienen sus relatos.

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