10 de septiembre de 2011

[Análisis] Limbo (Krower's Time)

Limbo es un juego del género puzzle con plataformas y de scroll horizontal en 2D que recuerda mucho en cuanto a su estilo y mecánica a Braid. Sin embargo hay claras diferencias.



Ambos intentan transmitir sensaciones pero Limbo es mucho más curioso que Braid en algunos puntos. Krower dice que es un juego que carece de argumento propiamente dicho, tan sólo manejaremos a un niño que se encuentra atrapado en el limbo y del cual pretende escapar, al menos esa es la primera impresión.
La mecánica del juego está muy lograda a pesar de la simplicidad del manejo; los únicos controles con los que contaremos serán la tecla control (acción) y los cursores (movimiento). Dan mucho juego las luces y los miedos de las personas, reflejados con grotesca habilidad. A pesar de dicha simplicidad se consigue un nivel de complejidad sorprendente.
Como manera de conseguir esa atmósfera envolvente, opresora y oscura el juego está totalmente en tonos negros, grises y blancos. Carece de cinemáticas, música y diálogos si bien el sonido ambiental existe, tales como el sonido los elementos móviles o las pisadas. Tampoco posee niveles sino que será todo fluido en único nivel.


Por otro lado están los puzzles. Consistirán básicamente en pasarlos para avanzar; su dificultad irá en aumento pero sin ser evidentes y cambiarán algunas leyes físicas; por ejemplo no sólo queda reducido a accionar un mecanismo y quizás la gravedad aparezca invertida. A veces si no son resueltos nuestro personaje morirá de una forma un poco gore.

La duración no es ni muy larga ni muy corta (aunque en muchos sitios se quejan de que es corta).


En resumidas cuentas, a Krower le ha gustado, le ha parecido entretenido y acertado. Por mi parte, no lo he podido jugar pues intenté instalarlo y petaba mi gráfica (que ya me gustaría a mí saber si esto es para escoñarse) pero quizás sólo fuera por el propio archivo que daba problemas a veces. Si lo pruebo, ya comentaré lo que me parece a mí. No obstante, he de decir que me llama y me fío del criterio de Krower.

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