"Vaya... ¡hola! ¿Quién eres? Diría por tu aspecto que: estudiante. Con la blusa suelta... no buscas que te coman con la vista pero tus pulseras tintinean: te gusta cierta atención. Vale, voy a picar"
Así, con la voz en off del protagonista, Joe, quien hace un análisis de una desconocida que entra en su librería como si de Sherlock Holmes se tratase, es como empieza You, una serie que he conocido gracias a una amiga y compañera de trabajo que me habló de ella hace unos meses. Lo único que me dijo es que dicho protagonista es un psicópata que suele obsesionarse con las mujeres, algo que fue suficiente para captar mi atención y decidirme a darle una oportunidad. Tras ojear un poquito algunas imágenes y viendo que tenía 3 temporadas (la cuarta está confirmada) me lancé a la piscina y oye, que han sido muy buenos largos, la verdad.
You está basada a su vez en los libros de la escritora Caroline Kepnes, material que por cierto ya tengo en mi poder y que quiero ir leyendo una vez termine con la trilogía y la serie de cómics de The Strain.
Sin ánimo de reventaros la serie ésta va más allá de cara a contarnos las andanzas de Joe, sus problemitas mentales y sus obsesiones; es una crítica a muchas de las cosas que nos rodean en la actualidad. Explora en las relaciones personales, cómo se basan en muchas ocasiones en la apariencia y en la idealización, así como de la dependencia y el peligro que crean y que son a la vez las redes sociales, o la propia hipocresía de la gente, así como sus motivaciones y aspiraciones, hasta dónde pueden llegar algunos con tal de conseguir sus objetivos... y todo con un toque tan natural y auténtico que muchas escenas sin duda nos despertarán ciertos recuerdos de experiencias similares vividas. Aunque claro, con un toque un tanto exótico como es tener a un psicópata auténtico por compañía.
Caroline Kepnes, la autora de los libros de esta adaptación |
El primer episodio me lo pasé entero lanzando "wtf" al aire, sin exagerar, y otros tantos han caído durante las tres temporadas. La facilidad con la que el protagonista escurre el bulto, pasa desapercibido en su camino de la discordia y a librarse de las consecuencias de sus actos, consiguiendo así que todo lo que gira en torno a su objetivo se tambalee y se desmorone: cierto es que los cimientos en sí no eran firmes y estaban basados en mentiras, pero eso no le resta culpabilidad alguna. Es lo que yo llamo un "caballo de Troya".
Son personas que, en la mayoría de los casos, resultarán encantadoras con todo el mundo, sensibles y frágiles, aunque no tiene por qué pero, en cualquiera de los casos, en el fondo lo único que quieren al relacionarse con los demás es encontrar los puntos flacos tanto de la gente como de la relación que tenga con X persona/s. Para ello se valdrán de diferentes métodos que, al principio, resultarán inocentes pero que si eres un poco avispado, te harán saltar las alarmas. Siempre irán un paso por delante y lo único que de verdad impiden que tengan suerte es precisamente si el vínculo que une a las personas a las que intenta separar es realmente fuerte, es sana y hay sinceridad y confianza desde el principio. En ese caso, ya os lo digo, dará la causa por perdida y se retirará discretamente y con suavidad para no volver más... en espera de su siguiente objetivo.
Sé que dicho así suena a algo paranoico, pero de verdad que si habéis pasado por algo así entenderéis lo que quiero decir.
Volviendo a Joe y a la serie en sí ¿sabéis que es lo peor? Que eaún sabiendo esto y por mucho que estemos deseando que se le pille porque cometa algún error fatal es la facilidad con la que a veces empatizaremos con el protagonista porque, al menos en esto caso, los personajes que rodean a sus objetivos son también canelita en rama.
Joe es como un áspid: venenoso, pero paciente y también como un zorro, astuto y paciente: un lobo con la piel de cordero. A veces es divertido (también inquietante) ver cómo piensa una cosa pero dice otra absolutamente contraria, como por ejemplo:
- Joe para sus adentros: preferiría mil veces arrancarme la piel a tiras. Por Dios, di que no...
- Joe hacia fuera, con una expresión que simula una sonrisa de lo más falsa: ¡Claro! No me lo perdería por nada del mundo.
- Joe para sus adentros otra vez, con cara de mustio cuando nadie le mira: Mierda.
Sí, tienes razón lo que comentas. Efectivamente todos somos obsesivos en mayor o menor medida dependiendo de lo que nos provoque esa obsesión. Puedes tener todo tu cuarto lleno de lo mismo (fotos, libros, figuras o lo que sea de tu ídolo) y no tener por qué ser algo malo... enfermizo, puede, inquietante, puede que también. Pero siempre y cuando no hagas cosas chungas, pues bueno... aunque eso también puede ser señal de que algo raro pasa ahí. He dado con pocos obsesos que lleguen a ese nivel en mi vida, pero los hay.
ResponderEliminarPor eso también Joe puede caernos bien en cierto punto, porque aparte de que puedes verte reflejado en cierta medida con él también suceden cosas durante la serie que tú también percibes y, si te extrapolas ahí, de seguro que intervendrías de cierta manera similar a la de Joe, aunque no así de deshonesta y mucho menos tan radical.
Cuando la veas, vuelve por aquí y me cuentas :)
Un saludo!