XX Mayo 1939 - Empieza nuestro viaje: Islandia
Sofía y yo hemos decidido comenzar nuestra investigación revisitando un antiguo lugar, el origen de todo este embrollo: Islandia.
En el antiguo terreno en el que trabajamos con la expedición Jastro nos encontramos con el doctor Bjorn Heimdall, a quién yo creía excavando tumbas nórdicas en Dinamarca. Parece que ver algunos de los artefactos que desenterramos hace años captaron su atención y le han hecho abandonar su anterior trabajo para comenzar uno nuevo con el que parece realmente emocionado.
El doctor ha expuesto algunas de sus... curiosas teorías: a pesar de afirmar estar feliz en su soledad (en un tono de cascarrabias empedernido, debería añadir), parecía ansioso por compartirlas con nosotros.
HIPERBÓREA
- Heimdall: Así es como los griegos llaman a Islandia, sabes. ¿Leíste que navegaron hacia el norte, a una tierra brumosa? ¿Y que nunca llegaron a ella? ¡Já! Tras viajar miles de millas, la bruma no les permitió regresar. Algunos dicen que fueron repelidos por fantasmas: tonterías. ¿Sabes que es lo que les frenó, Jones?
Fueron parados por un ¡campo de fuerza! Puesto aquí por seres extraterrestres.
- Indy: ¿Por qué esos "seres" vinieron aquí?
- Heimdall: Estoy seguro que estos viajeros construyeron en la tierra colonias atlantes ¡usando Hyperborea como "puerta espacial"! Al norte de aquí estamos cerca de Eter: una pista de aterrizaje perfecta.
Hiperbórea podría traducirse como "más allá [del dios] Boreas", una ubicación de la que no hay pruebas concluyentes de que existiera o de dónde estaría situada, pero cuyo mismo nombre puede ser una pista: lugar muy alejado y en dirección Norte.
Los griegos consideraban una serie de deidades del viento, siendo las principales las correspondientes a los cuatro puntos cardinales que, con el tiempo, intentarían detallar un poco más:
En mayúsculas los dioses mayores, en minúsculas los dioses menores. |
Bóreas es el viento del Norte, el viento frío, el del invierno, de ahí que tenga sentido emplazar a Hiperbórea en esa dirección, puede que incluso más lejos aún que el origen del propio viento en sí en la mitología griega.
Para entender este concepto de Hiperbórea, por cierto, hay que tener en cuenta que los elementos que lo conforman son del tipo míticos (pues no está probada su existencia) así como utópicos. UTOPÍA, recordemos la nota anterior, es un término que acuñó Tomás Moro en el S.XVI.
Porque para los griegos "Utopía" significaba dos cosas:
- Lo que no está en ningún lugar.
- Un buen lugar.
La primera vez que aparece mencionada es en el año 450 a.C. por Heródoto que, a su vez, citaba otros autores, siendo los más importantes:
- Hesíodo, en Trabajos y días (109-202 a.C)
- Homero (sí, el de la Ilíada y la Odisea de Ulises) en sus Epígonos.
Hay muchas versiones del lugar donde se encontraría Hiperbórea según qué autor: algunos sostenían que se trataba del norte de Francia (Dacia). Otros, que podría ser Gran Bretaña o que estaría cerca del Danubio, llegando incluso a creer en otros casos que la encontrarían en el Mar del Norte o en el Ártico. Por último, mención especial a que en muchos casos se decía que estaría más allá de los Montes Ripeos (Riphaeus en latín), cuya ubicación/existencia igualmente no se ha podido determinar pero que serían el motivo, junto con el océano circundante, de que este lugar estuviera tan aislado de los helenos. Hoy en día se cree que éstos equivalen a los Alpes o los Urales, pero no hay pruebas concluyentes al respecto.
Es tan mítica su existencia se ha usado su denominación para nombrar a una cordillera allá en la Luna en honor de la misteriosa y esquiva localización geográfica señalada en la antigüedad clásica.
En cualquier caso y volviendo a poner los pies en nuestro suelo hay que tener en cuenta que el agua era muy importante para los griegos y que aparece muchas veces referenciada en sus historias y mitos, en su naturaleza dual como creadora y destructora. Por tanto era "ideal" para ellos la situación de un sitio clave en una isla, con una montaña central donde se alzaría el palacio o ciudad, siendo dicho lugar la residencia de esta civilización o del personaje mítico en cuestión.
Lo que sí parece común a todas estas versiones de diferentes autores es que Hiperbórea:
- Sería de un país lejano, probablemente una isla, situado en los límites de la ecúmene (aquella parte de la Tierra ocupada por el hombre), donde sería imposible llegar ni a pie ni en barco.
- Tendría unos días excéntricos para los griegos: el sol se ponía y salía una vez al año (muy importante este punto, pues confirmaría su posición cerca del ártico)
- Contaría con la protección del dios Apolo, quien por cierto sería el responsable de haber estipulado las normas y leyes que regirían a sus habitantes (muy similar a lo que sucedía, también, con la Atlántida y Poseidón). ¿Por qué este dios en concreto? Porque según la mitología griega, su madre Leto/Latona nació allí.
- Tendría unos hombres aventajados, sin llegar a ser considerados bárbaros a pesar de encontrarse alejados de la Hélade (la tierra de los griegos). Algunas de las características de esta civilización:
- Sería pacífica
- Contarían con un sistema político ideal ya que sus leyes están establecidas por un Dios.
- Contaría con tierras muy fértiles debido a su clima perfecto.
- Sus gentes contarían con una alta longevidad (unos 1.000 años) y no tendrían que trabajar, dedicándose pues a la danza y a la música.
Y ya centrándonos, por fin, en la aventura, parece que existe también alguna referencia a que Islandia pueda ser Hiperbórea, tal como señala el doctor Heimdall:
Allá por el siglo V a.C. un tal Piteas de Massalia, un navegante y sabio de la época, afirmaría haber navegado hasta una tierra lejana situada cerca del círculo polar ártico, más allá de Gran Bretaña, a la que llamó Tule (Thule), a partir de la cual, si seguía navegando por un día más hacia el norte, llegaría al "mar sólido" según los habitantes de este lugar. A pesar de que hay dudas acerca de que sus periplos fueran ciertos, muchos creen que Tule es la actual Islandia, aunque también puede que sea Noruega, entre otras posibilidades.
Más adelante, Diodoro de Sicilia (s.I a.C.) llamaría a los habitantes de Tule hiperbóreos, al considerarlos descendientes del dios Bóreas.
No hay que olvidar que en la mitología griega este término "Tule" se usa para designar una isla en el lejano norte mientras que para los romanos y medievales, por otro lado, hacía alusión a un lugar situado más allá de los límites del mundo conocido.
Thule en la Carta Marina de Magnus (1440-1557) Situada allí entre Islandia y Gran Bretaña. |
Por último, parece que para algunos atlantólogos decir Hiperbórea o Atlántida es lo mismo, como era el caso de Jean Sylvain Bailly (s.XVIII) quien la consideraba más nórdica que griega y que gracias a ella todos los pueblos de la antigüedad fueron debidamente civilizados y culturizados.
Ahora bien, hay diversos aspectos a tener en cuenta que me parecen interesantes mencionar y que podrían provocar al viejo Heimdall:
- La congelación de la propia Islandia: según los mitos Hiperbórea era una tierra con un clima perfecto y fértil que, cuando sufrió los síntomas de enfriamiento, obligó a sus habitantes a emigrar a lugares más cálidos. Teniendo en cuenta que Islandia se quedó como la conocemos hoy día por culpa de la glaciación de Würm (la Edad de Hielo) y que esto sucedió entre el 110.000-10.000 a.C se comprende que es muy improbable que, para aquella época, existiera una civilización tan avanzada. Quizá por esto el doctor Heimdall hable de hombrecillos y platillos volantes...
- Por último, parece que los primeros habitantes que tuvo la isla no llegaron hasta el siglo VIII, siendo éstos monjes misioneros provenientes de Irlanda o Escocia para, posteriormente, marcharse cuando llegaron los escandinavos, aunque no parece que haya pruebas arqueológicas que respalden esta hipótesis: esto significaría que nadie más vivió allí antes de ellos...
- El doctor Charles Sternhart, quien actualmente trabaja en Tikal (Guatemala) y al que señala como supuesto traductor del mismo.
- Felipe Costa, residente en Las Azores, concretamente en el pueblo de Horta (en la Isla de Fayal) y que parece entender de antigüedades al ser un "buen comerciante", en palabras del doctor.
- Sternhart: La leyenda dice que el templo fue construido por hombres-no-humanos. He oído de todo, desde hombres gigantes con serpientes por colas a serpientes gigantes con hombres por cabezas.
- Indy: ¿Crees que los atlantes vivían aquí?
- Sternhart: Tras hundirse la ciudad, vinieron aquí, estoy seguro.
- Indy: ¿Qué sabes del templo?
- Sternhart: Dicen que el templo fue construido por supervivientes de la Atlántida.
Dada la conversación mantenida con el doctor nada más llegar, para nosotros era evidente que en el templo podríamos quizá encontrar alguna pista que vinculara al mismo con los atlantes, como tanto insistía él: pero no es lo mismo sospecharlo que hallar una prueba como tal. Y para conseguirla debíamos entrar.
Sin embargo no fue tarea sencilla, pues el pelma del doctor Sternhart afirmaba que sólo realizaba visitas guiadas a lo que él llamaba "famosos eruditos" siendo que mi título de doctor no era suficiente tampoco era de extrañar que incluso dudara de la autenticidad de mi nombre. La pregunta que propuso para dejarnos entrar era bien simple: Dime el nombre del Diálogo Perdido de Platón.
Me vi obligado a admitir mi desconocimiento al respecto, algo que parecía vetarnos de entrar por las vías convencionales. Aún así, hallamos la solución de una forma de lo más pintoresca. El dicho que siempre empleaba mi madre "me lo ha dicho un pajarito" jamás cobró mayor sentido.
¡El HERMÓCRATES, pues claro! Una vez descubierta la respuesta me pregunté cómo podía haberlo olvidado aunque, para ser justos, la cultura griega no es mi especialidad y por tanto la tengo algo más oxidada. Aún así ya di algunas explicaciones aceptables (espero) en la anterior entrada.
De modo que, visto lo visto, creo que ya podemos hablar pues de Timeo, Critias... y Hermócrates.
- Hermócrates, el que nos interesa, cuya referencia real no está clara, aunque se cree que podría tratarse de un general de Siracusa también podría ser un filósofo y político extranjero. El tercer diálogo que concluiría los anteriores y que Platón tenía planeado escribir pero que jamás lo hizo... o eso pensaba yo hasta ahora.
- Concepto en que la realeza es sinónimo de divinidad - los farones egipcios y reyes mayas eran considerados por sus súbditos como "dioses vivientes". Escuchaban y hacían cumplir la voluntad de sus dioses.
- Preocupados por el Más Allá - ambas culturas se esforzaban en una serie de ritos y ceremonias religiosas para asegurar su trascendencia una vez fallecidos. Y ya sea en los papiros del Libro de los Muertos como en los textos del Popol Vuh, para alcanzar la vida tras la muerte, el difunto debía de afrontar un viaje lleno de pruebas.
- Las Pirámides - como símbolos de unión entre el mundo terrenal y el espiritual, nexo con el mundo de los dioses, papel funerario. Mientras que para los egipcios éstas servían de guía para que el espíritu del faraón encontrara fácilmente el camino hacia las estrellas para los mayas eran la puerta al inframundo.
Vistas de Horta. |
Arqueado y sosteniéndose gracias al uso de bastón retorcido el anciano no tenía pelos en la lengua, expresándose en un tono seco, directo e impaciente. Sin dejarnos traspasar el umbral de su casa en el pueblo de Horta Costa me aseguró con gran vehemencia que tenía mis pies sobre la mismísima Atlántida. Mi incredulidad hizo que cesara la conversación de manera más que abrupta: con un sonoro portazo. Otra cosa no pero el viejo Costa no era dado a las sutilezas.
Pues bien, ahora que reviso uno de mis tantos cuadernos de recortes y alguna que otra revistas polvorientas de arqueología, he comprobado que él no es el único que lo cree a pies juntillas.
Para empezar hablemos brevemente sobre las islas en sí:
Situadas a unos 1.400 kilómetros al oeste de Lisboa este grupo de nueve islas de origen volcánico han dado mucho que hablar a los historiadores; ya su fecha de descubrimiento es algo que les trae de cabeza, pues es un misterio.
Sin embargo y a pesar de esto se han hallado cartas geográficas de un siglo anterior a de Silves donde ya constaba reflejado el archipiélago*. Y ya si estudiamos atentamente las fuentes de Platón, parece que éste situaba al continente perdido en la misma ubicación en la que se encuentran actualmente Las Azores, de ahí que los entusiastas de esta teoría afirmen que las islas no son más que restos del continente que se hundió bajo las aguas del Atlántico.´
Hasta donde tengo entendido él indicaba que la Atlántida estaba al oeste de las columnas de Hércules, nombre que se daba en la antigüedad clásica al estrecho de Gibraltar, entre España y África. Aunque, como se aprecia, es una indicación bastante vaga al respecto. Se puede admitir apurándome que, en efecto, pilla de paso a las Azores... como otras tantas localizaciones entre medias y más allá.
Por mi parte prefiero pecar de prudencia hasta tener más pruebas. Veremos qué luz arroja sobre esto el manuscrito perdido.
Isla del Pico, que toma nombre del volcán, que roza los 2.400 m. de altura. |
Se supone que es el cuaderno de Indy, de modo que es él quien escribe todo esto porque investiga o conoce el tema. Obviamente soy yo la que escribe en última instancia, pero ya me entiendes.
ResponderEliminarLos datos que pongo son reales aunque muchos de ellos no dejan de ser también teorías de diferentes "científicos" y aficionados. Sí que es cierto que quizá algunas cosas que pongo en los años 30 no se supieran pero las que seguro que no, las pongo a parte en la sección de notas, que son fuera del diario de Indy.
Así que, como conclusión sí, el juego se basa en muchas cosas reales y muchas teorías reales.
¡Un saludo!