Como todo aquello que me gusta cuando sale algo nuevo lo recibo con sentimientos encontrados: ilusión y cierto escepticismo. Esto me ha pasado exactamente con Obi-Wan Kenobi, un personaje que siempre me ha gustado y, precisamente por ser tan popular entre los fans, tiene una biografía más extensa que la de todos los reyes europeos juntos... y sumando (o restando, más bien), pues con esta serie han decidido rellenar un poquito ese espacio de tiempo comprendido entre La Venganza de los Sith y Una Nueva Esperanza.
Y digo restando porque con la incorporación de los tres últimos episodios de Star Wars se está reescribiendo el material original que existe desde hace años, bombardeándonos sin pausa con cómics, libros y series de todo quisqui, incluso de aquél personaje que apareció durante cinco segundos de fondo durante tal película. Lo que quiere decir que todo lo que había antes es material ya considerado como no canónico, es decir, que nunca sucedió.
Bueno, sin irme más por las ramas, procedo a comentar qué tal me ha parecido esta serie.