30 de septiembre de 2011

Koko

Como muchos sabíamos, los gorilas y otros simios son capaces de comunicarse con nosotros por medio del lenguaje de los signos tras un largo y meticuloso aprendizaje. Pero ayer en las noticias pude ver a una gorila que iba más allá de expresar meramente lo que percibían sus sentidos, y esque Koko es capaz de expresar sus emociones como cualquiera de nosotros a través de dicho lenguaje.
Koko tiene 40 años y lleva aprendiendo el lenguaje de los signos desde que tenía un año; 39 largos años de aprendizaje, todo un récord también en la investigación.

14 de septiembre de 2011

[Análisis] Disney Epic Mickey




Actualmente me ando viciando aun a este juego, pero he visto lo bastante como para decidirme a hacer ya algún comentario por aquí. Disney Epic Mickey lleva implícito en su nombre la palabra Disney y es precisamente lo que nos encontraremos aquí. Eso implica también lo que vemos en la imagen de la portada del juego, "Everyone" o sea "Para todos los públicos" ya que tanto a niños como a mayores (o mayores que crecieron viendo Disney) les puede agradar este juego. 

13 de septiembre de 2011

Las cuatro después de medianoche - Stephen King



Segunda parte de "Las dos después de medianoche" donde el Sr. King nos presenta otras dos historias: "El Policía de la Biblioteca" y "El perro de la Polaroid" (o de la Sun).

10 de septiembre de 2011

Secretos de la noche

“¡Tengo que superar a Kathie Addams! ¡Tengo que superar a Kathie Addams! Y hasta que no lo haga, no pienso parar”. Su propia voz le llegaba distorsionada a través del velo de locura que embotaba sus sentidos mientras, sin apenas hacer esfuerzo, conseguía hacer el pino sobre la delgada verja de alambre. Sus piernas abiertas en un ángulo perfecto de 180º no eran nada en comparación con el resto del ejercicio que tenía por delante. Levantó una de sus manos, a la vez que rodaba haciendo una voltereta sobre la verja para volver a la posición inicial. “¡Tengo que superar a Kathie Addams! ¡Tengo que superar a Kathie Addams! No puedo permitirme sacar menos de un 9, 2”.
Recordaba la humillación que sintió cuando vio a su mayor rival obtener esa nota en la competición. El oro se le escapaba de las manos. “De eso nada” pensó incorporándose tan fervientemente convencida de su determinación que si alguien la hubiera visto en la oscuridad de ese sucio y pestilente callejón sólo habría divisado un borrón pálido. Cualquier humano se abría asustado de semejante fenómeno… ya que Mara era una vampira.
De pronto, tuvo un momento de lucidez y se detuvo con el ceño fruncido cuando levantaba su pierna derecha formando un ángulo de 90º con la otra y levantaba grácilmente los brazos. ¿Pero qué se supone que estaba haciendo? Miró al callejón intentando recordar, un momento antes de sentir la necesidad urgente de participar en la competición de gimnasia artística del condado. No tenía trece años ni estaba encaramada en la barra de equilibrio, sino que estaba en un oscuro callejón sobre una verja de alambre. De pronto, lo recordó. “¡Mierda, tengo hambre, a eso había venido aquí!”. Sintió que su obsesión pasajera la abandonaba, como era costumbre, y bajó de la verja dando una voltereta, sintiéndose un poco estúpida. Sin embargo, antes de marchar, no pudo evitar en un repentino arranque mirar por encima del hombro con ansiedad, pensando que vería a Kathie Addams ejecutando su brillante ejercicio sobre “la barra de equilibrio”.

Vagó por los suburbios de la ciudad, atestados de gentuza a esas horas de la noche. Prostitutas, proxenetas, camellos y mortales normales deambulaban por la calle atestada de discotecas y, en alguna ocasión, la joven detectaba a algunos desequilibrados y violadores… e incluso asesinos. El territorio de caza perfecto; a Mara (¿pero era éste su verdadero nombre?) le gustaba alimentarse de la chusma de la ciudad. ¿Por qué? Pues porque eran eso, chusma. Humanos que se ganaban la vida a costa del sufrimiento ajeno y el derramamiento de sangre (menudo desperdicio) de otros humanos, además nadie echaría de menos a esa basura. Pero, principalmente, aunque a ella no le gustara admitirlo y cambiara de tema o saltara a la defensiva al respecto, bebía de la sangre de esa gentuza por evitar remordimientos; prefería que el ganado humano perdiera a un miserable que a una persona honrada, era algo que en su conciencia pesaría como un tanque, la muerte de un ser inocente en sus manos no-vivas (siempre que no se tratara de una urgencia o un momento de necesidad, claro). También se abstenía de los drogatas pues una vez probó uno y no recordaba ni cómo se llamaba, aunque tenía que admitir que fue divertido.
Como era joven para sus estándares, una simple chiquilla, se desenvolvía con total libertad entre los crédulos mortales, que la tomaban por una más del redil. A pesar de que el Hambre la apremiaba se permitió pasear por la calle buscando algún objetivo sin ninguna prisa, haciendo gala de un alto autocontrol. Pensó en el momento de locura habitual que la había embargado en el callejón y no pudo evitar recordar.

Ella había sido antes una muchacha humana, mortal, como cualquiera de todos estos que llenaban la calle. Su vida había estado marcada por el deporte, sobre todo a la gimnasia artística; fue buena, ya que desde los cinco años sus padres se dedicaron a llevarla a los mejores gimnasios de su pueblo natal. Su sueño era participar en unas olimpiadas cuando tuviera la edad, pero su deseo se vio truncado de un modo brutal, del peor modo para una deportista de élite.
Cuando contaba trece años y participaba en el campeonato nacional vio como una rival llamada Kathie Addams conseguía una increíble puntuación que superaba su mejor marca. Mara no podía creerlo, tendría que hacer lo imposible para ganarla. Porque ella quería ganar, quería ese oro. Su esfuerzo fue tan grande que una pirueta en la barra de equilibrio le salió mal y cayó al suelo, rompiéndose varios huesos. Se recuperó pero no del todo pues las secuelas le impedirían continuar…
¡Qué honda depresión tuvo que pasar! ¡Su carrera al garete! A pesar de poder practicar otros deportes como el atletismo o algunas artes marciales (le encantaban desde bien niña) con cierta moderación, ya no volvería a ser la misma. Sus padres intentaron motivarla a base de que estudiara y fuera a la universidad, cosa que había conseguido, a pesar de que tuvo que vivir en la residencia de estudiantes del campus, separada de su familia y amigos por bastantes kilómetros. Pero se adaptó bien, pronto hizo amistades y comenzó a machacarse distintas rutas para correr, algo que hacía todos los días a media tarde. ¡Cómo iba a saber lo que iba a suceder!

Resulta que una tarde cualquiera, cuando estaba terminando de correr, recibió un SMS de un amigo de la uni, Freddy, quien le pidió que se pasara por cierta discoteca para pedirle un favor. Mara se imaginaba que estaría metido en algún lío (algo normal en Freddy) y no quería que a ella le salpicara. Sin embargo, no pudo evitar sentirse obligada a ir y accedió. Ya era de noche cuando llegó al lugar de la cita, en la esquina de la calle principal del barrio no había ni rastro de Freddy. Le esperó pero él no apareció y, enfadada, se dispuso a coger el metro. Atajó por una calle algo más oscura de lo normal y, a pesar de ir rápido, sintió que algo o alguien la observaba. Sintió deseos de correr pero entonces… ¡plop! Laguna en negro. Mierda, quizá nunca recordara lo que pasó realmente ya que sólo albergaba fragmentos: oscuridad, cierto bienestar en medio de esa oscuridad y luego se veía a sí misma despertando en un cuchitril con sus ropas manchadas con un poco de sangre y sintiéndose más ligera de lo normal.
Una voz desde las sombras del cuarto destartalado y oscuro le informó que era una jodida vampira, nada menos que una Malkavian, algo que era un gran honor a pesar de la maldición y bla bla bla. Dijo llamarse Nathaniel y que era su creador, su sire, otro Malkavian tan loco como peligroso. Le enseñó las tradiciones de la Mascarada y los secretos de la noche y le ofreció su propio refugio como suyo.
Debía admitir que, al principio, le costó mucho aceptar su nueva condición, pero en cuanto puso a prueba sus atributos, habilidades y ventajas se sintió fascinada y encantada. Podía volver a hacer todo aquello a lo que tuvo que renunciar, como la gimnasia, y pudo perfeccionar sus artes marciales y velocidad en carrera, entre otras. Le permitía cumplir su deseo, ser la mejor. Y a pesar de que ella estaba harta de ver pelis de vampiros no creía en absoluto en ellos hasta que no fue uno de ellos. “El colmo, nena”.

Una sonrisa siniestra se dibujó en su semblante y justo en ese momento de gloria vislumbró a su presa, un tipo despreciable que se hacía llamar Stan “El Rey Kong” porque era grandote, pandillero y se vanagloriaba de un modo sumamente presuntuoso de los muchos robos violentos en los que había participado, todos ellos a punta de navaja o, incluso pistola, junto con mamporros obligatorios a sus desdichadas víctimas... y también le pegaba el mote por lo “guapo” que era. Hablaba con otro tipo de ojos enrojecidos y pelo estropajoso, un camello y drogata llamado Stanley que, a la puerta de cierto tugurio, vendía pastillitas de colores para los jóvenes de un modo un tanto errático debido, principalmente, al incontenible mono que hacía temblar sus miembros.

Por hoy bastará con ‘El Rey Kong’” pensó la vampira, relamiéndose internamente… sí, con ese mastodonte asqueroso bastaría…

La cena está servida”…


Hasta aquí la presentación de mi personaje para las próximas partidas de Vampiro: La Mascarada. Todas las aventuras y desventuras de la Camarilla podeís seguirlas en el blog de CCL Chroniques des Vampires y, las posibles sesiones que hagamos Krower y yo aparte las pondré además por aquí...

[Análisis] Limbo (Krower's Time)

Limbo es un juego del género puzzle con plataformas y de scroll horizontal en 2D que recuerda mucho en cuanto a su estilo y mecánica a Braid. Sin embargo hay claras diferencias.

9 de septiembre de 2011

[Análisis] Mario Kart Wii



Poco se puede decir de cualquier juego del género carreras y que esté enfocado de este modo. Cierto es que no puedo hacer una comparación con otros Mario Kart anteriores básicamente porque no los he jugado, pero sí que en su día tuve un vicio importante al Crash Team Racing (CTR). Así que haré las comparativas entre ambos, pues son realmente parecidos, pero hablando principalmente del Mario Kart Wii. Desenfadado, simpático, carente de argumento (pues queda reducido a las carreras entre personajes de Nintendo, sobre todo del mundo de Mario y de el de Donkey Kong, quien también cuenta con su propios juegos de carreras), pensado simplemente para echar unas risas y unos piques. Y esque estos juegos tratan de eso; no basta ser el mejor tomando las curvas o los aceleradores, sino que contaremos con una serie de items (como en CTR) que nos permitirán ganar posiciones en la carrera.

4 de septiembre de 2011

Krower's Time

Se me ha ocurrido (y él ha estado de acuerdo) que a partir de ahora mi bichito va a tener un huequecito en el blog. Como él es más de bajarse cosas y probarlas, sobre todo con ese tochazo de monstruo que tiene por ordenador, prueba muchos juegos más o menos recientes (aparte de más cosas).

De modo que ahora pondré también bajo la etiqueta de "Krower's Time" todo lo que haya pasado por sus manos. Si luego yo también tengo la suerte de probarlos, ya añadiré mi opinión personal posteriormente, ya que a veces no coincidimos en críticas... pero vamos, que él es de fiar :)

Recopilatorio libros de Warcraft

Como cierta persona me transmitió su interés por ciertos libros de Warcraft que tengo en mi poder y como tampoco sé cuál de ellos le puede interesar más (aunque creo que son todos) y también por darme a mí un poco el gusto, he decidido juntar todos mis libros en esta entrada, de los cuales hablé ya de alguno en el blog de Somos Leyenda, mi hermandad ali en el server que jugaba y sitio donde hice muchos amigos al otro lado del charco.

3 de septiembre de 2011

Thrall y El Crepúsculo de los Aspectos


Como ya mencioné anteriormente por aquí, me hice con un ejemplar de "Thrall y el Crepúsculo de los Aspectos". Como todos los que me conocen saben, Thrall es mi personaje favorito del universo Warcraft; no sé si porque el primer libro que leí de Warcraft era sobre él, El Señor de los Clanes en el que le conocí siendo un bebé o por el propio personaje en sí. En realidad creo que es por cómo es; los orcos siempre son los feos, los crueles y los malos de la película pero éste en concreto es la excepción que rompe la regla, por eso debe ser que me gusta.
Para todo aquel que no tenga mucha idea de él (aunque cualquiera que se digne a jugar a estos juegos le conoce en menor o mayor grado) le invito que se lea los libros y le meta caña al Warcraft III, que aparte de ser un juego de estrategia muy molón aprende mogollón de los principales y actuales protagonistas del citado mundillo.