12 de noviembre de 2012

[Análisis] Mercury Meltdown Revolution



Hace bastante tiempo que quería hablar de este juego y, por pereza o despiste, no lo he hecho hasta ahora. Mercury Meltdown Revolution carece de argumento, simplemente seremos una gota de mercurio que deberá llegar a una meta atravesando escenarios de lo más variados y complejos para conseguirlo. Inicialmente lanzado para la PSP y PS2 no se ha hecho esperar esta adaptación a la co
El juego cuenta con 10 niveles o laboratorios cada uno de ellos dividido a su vez en 16 pantallas. Obviamente no podremos acceder a todos desde el principio, sino que tendremos que ir poco a poco completando los niveles para poder desbloquear el resto.


Ya siendo todo esto original a más no poder decir que no todo acaba aquí; no controlaremos la gota en sí, sino el escenario. Inclinando nuestro Wiimote podemos hacer que el escenario se incline en la misma dirección y desplace pues la gota de mercurio, lo que lo convierte en un juego de precisión. Deberemos ir con cuidado para evitar caer al vacío o perder material, al igual que para conseguir que la gota vaya exactamente donde queramos. Dependerá de la intensidad de nuestros movimientos y, aunque al principio cuesta, poco a poco tendremos el tacto suficiente para conseguirlo.


Para completar los niveles se nos pedirán una serie de requisitos, como llegar a la meta dentro del tiempo límite o con una cantidad mínima de mercurio, o incluso teñir la bola de un determinado color o mezcla de colores. También puede ser que nos pidan una puntuación mínima o haber cogido todos los objetos especiales del nivel, aunque normalmente esto será para completarnos los niveles al 100% y presumir de habilidad con los amigos.

Cuando entramos en un nivel lo primero que nos enseñan es una vista previa del circuito y nos especifican qué requisitos debemos conseguir para superarlo. No os engañéis, puede que el fin sea sencillo pero los medios no lo son tanto; y es que podremos teñir nuestra gota de distintos colores, dividirla en partes más pequeñas para mezclar los distintos colores y obtener el deseado (aunque siempre nos dan la pista con el diagrama de la esquina superior derecha), podemos calentar el mercurio para que sea más maleable y difícil de controlar y enfriarlo para endurecerlo. El suelo puede cambiar y ser más rugoso o resbaladizo, habrá otras entidades devoradoras del líquido  metal y otras que nos abrirán el camino si sabemos como usarlas... en fin, un sin fin de posibilidades que nos complican y mucho nuestro camino.Vamos, que es un puzzle de lo más intrincado.



Y todo ello con la presión de lo ya mencionado antes, el tiempo y la cantidad mínima de mercurio, cosa que si no cumplimos nos darán por terminado el nivel y deberemos comenzar de nuevo. Unido a la dificultad de dirigir la gota puede que hagan de Mercury Meltdown Revolution un juego no apto para impacientes. Además no está pensado para jugarlo con dos personas a la vez, lo que sin duda le quita algunos puntos.

Sin embargo cabe destacar, aparte de la originalidad, el apartado artístico. Escenarios con texturas sencillas pero la mar de curradas en realidad y unos colores vivos y llamativos. La música es electrónica y muy pegadiza a la mecánica de este título, sin duda un acierto.
En extensión es largo y ofrece otras modalidades de juego (como carreras o zonas de recreo) que nos ayudarán a aliviar la tensión cuando nos quedemos encerrados en algún nivel que nos cueste o simplemente para pasar el rato.


Mercury Meltdown Revolution no es un juego fácil sino todo lo contrario; la habilidad y sobre todo, la paciencia, es lo imprescindible para poder probarlo. Vistosamente es muy bonito y sin duda es original a más no poder, pues controlamos el todo y no al individuo. En resumen, que la maleabilidad del mercurio nunca dio tanto juego...

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