6 de diciembre de 2016

[Reseña] Otoño Azteca - Gary Jennings


Estaba más que cantado ¿no? Con lo que me gustó Azteca, tanto que lo incluyo entre mis libros favoritos, era más que obvio que existiendo una continuación me iba a hacer con ella de cabeza, si bien es cierto que la acogía con los brazos menos abiertos.

"Segundas partes nunca fueron buenas"; hombre, decir esto sobre Otoño Azteca sería demasiado injusto pero bien es cierto que no está a la altura de la original. ¿Cómo superar una historia tan absolutamente preciosa, minuciosamente detallada y cautivadora? Y es que el peligro de poner el listón tan alto es que luego a ver cómo lo superas, por mucho que te pongas los machos de corbata.

Por cierto, no sólo escribí reseña en el blog de Azteca, si no que también le hice una en vídeo para el canal; os dejo los enlaces por si os interesa antes de leer sobre ésta.


Realmente Gary Jennings mantiene la esencia de su anterior novela aunque, como digo, no llega a conseguir emularla en su totalitad. Otoño Azteca me ha gustado sí, pero no lo considero una gran lectura como podía ser Azteca, pero hay muchos factores que ayudan a darme esa impresión.

Para empezar os soltaré detalles del argumento para que os situéis: como bien indica el título estamos ante una continuación de Azteca, lo que ya nos lleva a pensar que existirá una conexión entre ambas novelas en algo más que el contexto histórico. Tenamaxtli será el nuevo protagonista, un joven y orgulloso indígena que se niega a doblegarse ante el invasor hombre blanco por lo que, en las sombras, irá moviendo hilos para formar un ejército y expulsar así a los conquistadores españoles de sus tierras. 
No puedo aseguraros exactamente en qué año empezaría la historia pero os puedo decir con casi total seguridad que acaba en el 1551; si me lee algún latino seguro que recuerda esa fecha de la escuela. Si no es vuestro caso, ya veréis por qué.

Ciudad de México según un grabado del siglo XVI tras las reconstrucciones de los españoles tras ser totalmente destruída por Cortés en 1521.

Para mí es obvio que una de las razones que Otoño Azteca no me ha llegado a enganchar tanto es el hecho de que los españoles ya están presentes. ¿Recordáis lo que dije en la reseña del otro libro? Que la parte que más me gusta es precisamente antes de la llegada de los conquistadores porque se nos muestra exactamente el estilo de vida indígena, sin contaminarse por las influencias de otra raza totalmente diferente.
En Otoño Azteca los españoles ya están bien asentados y los indígenas, en su mayor parte, doblegados. Sus poblados y ciudades han sido arrasados, sus costumbres abolidas, sus dioses y templos barridos del mapa para hacer sitio a la cruz de Cristo. El cristianismo y su fea costumbre de destruir aquello que le es ajeno, si bien es cierto que como cualquier otra religión empuñada por el más fuerte creyéndola la auténtica por encima del resto.
Aunque he echado en falta que, mientras que en Azteca se nos detalla bastante de las costumbres y el día a día del pueblo mexica aquí no se menciona prácticamente nada del estilo de vida español en aquella época, lo cual lo veo un fallo. Es cierto que como la novela está de nuevo narrada por el protagonista puede que todos estos detalles le pasen desapercibidos en cierto aspecto.

 
Nuño de Guzmán y Coronado.


La naturaleza y trayectoria de Tenamaxtli no son muy originales por cierto pues en muchos aspectos son casi idénticas a las del anterior héroe; espíritu fuerte, orgulloso rozando la arrogancia, políglota, protagonista de largos viajes y conquistador de mujeres, siendo su vida un drama en general. Lo único que les diferencia es la ausencia del queratocono y la buena destreza en el combate de Tenamaxtli.


La acción de la novela transcurrirá, a grandes rasgos, en Mexico, Aztlán, la tierra de los Yaquis y Compostela. Realmente el grueso de la historia es precisamente esa rebelión indígena que duró unos 11 años (1541-1551) conocida como Guerra del Mixton, que acabó como bien podemos deducir con la derrota de los nativos, en su mayoría chichimecas. Personajes históricos harán su aparición en diferentes momentos de sus páginas, como por ejemplo, Nuño de Guzmán, Francisco Vázquez de Coronado o Antonio de Mendoza.

En cuanto indagamos un pelín en la historia nos damos cuenta que Tenamaxtli, a pesar de ser ficticio, cuenta con una base muy real como lo es la figura de Francisco Tenamaztle (izq.), principal organizador de la rebelión, si bien es cierto que tomado muy por los pelos. Jennings sólo se inspiró en él pero no reproduce su vida de ninguna manera. El resto de líderes que le ayudaron en la disputa tales como Petlácatl, Coringa o Tencuítlatl, por nombrar algunos, son eliminados de la novela y sustituidos por otros personajes ficticios.
Tampoco faltará incluso ese toque sobrenatural y misterioso ya usado en la anterior novela, recayendo en esta ocasión sobre la misteriosa mujer G'nda Ke.

Por supuesto en todos los aspectos de la misma Jennings hace malabarismos entre la historia y la ficción, consiguiendo, a pesar de todo lo mencionado, mantenerte pegado al libro deseando saber qué pasará tras pasar la siguiente página. Su lectura es de nuevo muy amena, sin sobrecargar ni adornar, si no que cuenta lo necesario y justo para coger fuerza; de hecho es más corta que la anterior.
Y una cosa que no me ha gustado, ignorando la razón al tratarse de la misma editorial, es que no han respetado el nombrar exactamente igual las palabras en náhuatl como en el original, siendo un detalle tonto quizá pero que a mi me molesta.


Otoño Azteca no está en absoluto a la altura de su predecesor pero tampoco es para menospreciarla, siendo bastante curiosa la visión personal del escritor sobre la interesante Guerra del Mixton. 
Y para cerrar, comentar que mis personajes favoritos son Pakápeti (por su lealtad a pesar de los cambios de mentalidad que se producen en ella) y Nochéztli (por su evolución de enemigo a leal e inteligentísimo aliado junto con su condición especial).

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