28 de mayo de 2020

[Crítica] Ghost of a Tale


Ghost of a Tale nos transporta a la Fortaleza de Altos de Derruina donde Tilo, el protagonista, ha sido encerrado en prisión por el supuesto delito de sedición. Un benefactor anónimo le hará llegar la llave de su celda para que pueda escapar e intentar reunirse con Merra, su esposa. 
Puede que hasta aquí parezca una historia como otras tantas pero cuando ya vemos que el protagonista es un ratoncito de lo más mono ¿quién puede resistirse a probar este juego?

Con un estilo que me ha recordado mucho a películas como Nimh: El mundo secreto de la señora Brisby, Lionel "Seith" Gallat, el creador y responsable del 90% del juego, encargándose de realizar la programación, el arte y el diseño de niveles nos transporta a un mundo medieval que está gobernado por las ratas bajo el estandarte de la Garra Roja. Este pequeño estudio de SeithCG ha hecho un gran trabajo a la hora de conseguir crear un juego de lo más inmersivo y bonito, así que seguro que más de una vez terminarás dando vueltas por mero placer detrás de los muros y fuera de ellos.
Teniendo en cuenta las pocas personas que han sacado adelante el proyecto el juego es de lo más completo, tanto en sus opciones que incluyen hasta un modo foto como en su propia jugabilidad.


El pillar su mecánica es bastante sencillo una vez le coges el tranquillo: básicamente Tilo es un ratoncito cuyo oficio es ser bardo, por lo cual ya imaginamos que muy apto para el combate no es... y más cuando sus oponentes le duplican como mínimo el tamaño. Así que tendrá que echar mano de su ingenio y sigilo para pasar desapercibido. Esto quiere decir que el sigilo es vital si queremos movernos por la fortaleza y tendremos que utilizar a menudo cofres, alacenas o barriles como escondite cuando el guardia de marras pase haciendo su patrulla. Debemos evitar que nos detecten o Tilo muy probablemente morirá y será el fin de la aventura.


Irónicamente los guardias son, por otra parte, además uno de los puntos débiles del juego: parece que se les pasa bastante rápido eso de que han visto un fugitivo ni tampoco se molestan en buscar demasiado, sobre todo si han visto que has entrado en un lugar sin salida... cuando ya no te ven, se les pasa la alarma y vuelven a su puesto. Por otro lado el permitir distraerles tirándoles un palo o noquearles con botellas me parece un punto de lo más divertido, si bien apenas los usaremos.
Tener una fuente de luz será también bastante importante y no nos faltarán diferentes mecanismos para llevar algo de calidez entre tanta fría piedra.


Pero no sólo hay guardias en los Altos de Derruina, también habrá varios NPC's que nos proporcionarán misiones para avanzar en la historia pero también otras secundarias que podremos completar para ganar prestigio (no entendí aún muy bien su utilidad), vestimenta o dinero.
Los disfraces, que en un principio pueden no parecer importantes, tendrán aparte de la utilidad de mejorarnos las estadísticas de Tilo la posibilidad de permitirnos interactuar con unos u otros personajes en concreto de manera especial y buscar todos y cada uno de los siete nos llevará dar bastantes vueltas... porque otra cosa no pero daréis vueltas y más vueltas por doquier, incluso a pesar de los mapas, ya que básicamente para avanzar,tendremos que conseguir las diferentes llaves que abren un gran número de puertas para conectar las distintas zonas del juego (calabozos, patio, torre solitaria, catacumbas, muelle, costa, etc) y además hay múltiples atajos que nos permitirán ganar tiempo y viajar entre las diferentes localizaciones de manera más o menos rápida, una vez que te lo aprendes claro. 
Volviendo al tema de las llaves pueden estar en cualquier sitio, como en poder de un NPC, colgadas en un gancho de una pared... o colgadas del cinto de un guardia. Quién sabe.
Como opción de ítems coleccionables podremos reunir rosas rojas para armar la historia de cómo se conocieron Tilo y Merra y añadir más profundidad a la trama... y siempre que te cueste demasiado conseguir localizar los diferentes objetos quizá el herrero pueda echarte una mano a cambio de dinero, pues te marcará en los mapas aquellas cosas que te quedan por saquear.


Los personajes, por cierto, son de lo más simpáticos y carismáticos, tanto que no puedo decidirme por decir quién de todos es mi favorito: los hermanos ladrones Gusto y Fatale con sus continuas mofas pero que no dejan de ser un poco inocentones, el herrero Rolo con sus dientes de madera y que debe ser pariente del Ricachón de Spyro con eso de que se le da como a nadie sacarte los cuartos o quizá pueda ser el taciturno e interesante Silas, el centinela de la fortaleza, que prefiere antes la compañía de sus escarabajos mensajeros que de sus compañeros reclutas... hasta la rana pirata Kerold, que es tan maleducada y marrana y Amá Rezzia, con su tan inmensa amabilidad que corta como un cuchillo, también se ha ganado un puesto en el podio.


Y, como adelantaba anteriormente, lo que es profundidad de trama no falta, ya que conoceremos por la boca de los otros personajes más detalles sobre el mundo de Tilo, desde la épica batalla que hubo mil años antes contra la Llama Verde bajo el estandarte del héroe Derreina hasta las diferentes razas que de roedores, desde jerbos hasta hurones, que lo pueblan. Eso sí, el final es tan abierto que está más que mascada la posibilidad de una secuela... que parece que están ya en ello, como vi hace poco por twitter.


Quizá lo único que he echado en falta haya podido ser que los disfraces fueran más necesarios según qué evento, ya que básicamente me he pasado casi todo el juego con la vestimenta que más me mejoraba el sigilo auditivo y visual, por eso de que es más cómodo torear a los guardias sin que te vean, por no hablar de algo más de duración o escenarios o más misiones aún... pero oye, que teniendo en cuenta la historia de su desarrollo ni tan mal. 


Con un poco de suerte y si conseguimos que cale lo suficiente ya que Ghost of a Tale es un juego excelente podamos conseguir que el proyecto de una secuela más que merecida siga adelante, porque yo soy de las que exige una continuación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario